"Lo que solo uno escucha"
("Lo que sólo uno escucha"), "MC", 695, 8 jul, 1962, p. 7;
La música, suele ser el motor de inspiración de quienes la crean, de quién la escucha, de quién la ejecuta, es el acento perfecto,
para enmarcar los sentimientos.
Existe quienes viven y sueñan
por la música.
Rafael es un músico anodino,
incapaz de hacerle gala a las
maravillosas notas musicales
de una partitura, él es parte de
una orquesta, de ahí mantiene
a su familia, de ahí alimenta un sueño.
Un día, algo extraordinario sucedió, durante la actuación su mano izquierda se había conducido con destreza, seguridad e iniciativa extraordinaria, Rafael se encontraba perplejo ante aquella maravillosa ejecución, no podía creerlo, Ahora era capaz de crear y ejecutar notas que ni el mismo autor había plasmado en su obra. Era un momento sagrado, toda la incertidumbre se había ido, Rafael notaba un nuevo camino.
Comenzaba a sentir que todo sería diferente, a partir de ahí todo cambiaría. Un estado de paz y tranquilidad envolvía a Rafael, quería compartirlo, fue a casa con su esposa e hijos, como todas las noches, ellos le aguardaban para cenar. Al llegar a casa, Rafael sonreía hacia algo muy interior de sí mismo, y su rostro mostraba un aire estúpido, al detenerse y observar el mantel depresivamente roto, pensó que hasta el mantel podría cambiar, después de lo ocurrido.
Estando con su familia, la esposa de Rafael,
le cuestiona si éste se siente bien,
pues sus ojos parecen
dibujar el síntoma de una enfermedad,
"parece como si tuvieras fiebre",
le comenta la pobre y delgada esposa,
sin embargo no es lo que quería decirle,
su preocupación iba más allá,
pero luego de verle a los ojos,
tan llenos de bondad,
ella no pudo decirle más.
También guardaba un secreto, como Rafael guardaba misteriosamente el secreto de su hazaña.
Los niños al ver la expresión del rostro en sus padres, angustiados le cuestionaron a Rafael, si este se encontraba enfermo, él no les respondió, pues sentía que lo que ocurría era como un pecado que no se podía contar. Ella lo miró, lo notaba más viejo, más encorvado, pero con ese brillo humilde en los ojos y esa dulzura torpe en los labios; mientras la mujer pensaba que era un seguro presagio de la muerte. Lo mando a descansar, le rogó no fuese a trabajar pues para ella las funciones le parecían pesadas y creía que terminarían por agotar a Rafael, quién junto con la orquesta, tenían como escenario un bar, de esos de mala muerte.
Rafael y su esposa se encaminaron a un pequeño catre,
que les servía de lecho, Rafael quiso
compartircon su esposa, lo sucedido,
comenzó de nuevo a ejecutar la
hermosa melodía, con una habilidad
que ni durante el conservatorio pudo
lograr, " a de ser el maldito alcohol",
expresó la esposa, mientras para
Rafael era como si de pronto todo se
iluminaba, el ambiente tomaba un aire
de tranquilidad, era como si el momento se glorificara, era algo mágico, era el anunció de que todo cambiaría, había una nueva esperanza. Pasado los minutos los niños por indicación de su madre, rodeaban la cama de Rafael elevando oraciones, por el alma que su padre acababa de entregar a Dios. Tal como lo dijo Rafael a partir de esa noche, todo cambiaría.
Cuento :



